Una guía realista para mamás valientes (aunque les suden las manos solo de pensarlo)
Hablar de sexo con los hijos no suele aparecer en el top 5 de “cosas divertidas para hacer en familia”, pero es una conversación necesaria, urgente y profundamente transformadora.
Y no, no necesitas ser sexóloga, ni tener un guión perfecto, ni eliminar tus propias dudas para lograrlo. Solo necesitas presencia, honestidad y mucho amor.
En este artículo te comparto por qué es tan importante hablar de sexualidad con tus hijos, cómo hacerlo sin morir de pena (o de miedo), y herramientas concretas para que la plática no termine en silencios incómodos ni en memes de redes sociales.
“Si no hablas tú con tus hijos sobre sexo, lo hará internet… y no tendrá ni tu amor, ni tus valores, ni tu cuidado.” – Tricia Garión
¿Por qué tenemos que hablar de sexo con nuestros hijos?
Porque si no lo haces tú, lo hará alguien más.
Y lo más probable es que no tenga buenas intenciones, que esté mal informado, o que lo haga desde la culpa, el morbo o la vergüenza.
Hablar de sexo en casa construye seguridad, autonomía y respeto por el propio cuerpo. También abre la puerta para que, cuando enfrenten dudas, riesgos o decisiones importantes, sepan que tú eres un lugar seguro al que pueden acudir.
Además, si eres mamá de niñas, niños o adolescentes en esta era digital, sabes que la información les llega desde todos lados: memes, pornografía, redes sociales, influencers, series, videojuegos…
Por eso, hablar de sexo no solo es necesario. Es un acto de amor, protección y empoderamiento.
¿Y cómo le haces sin morir de pena?
Te comparto 7 claves para que esta charla no te haga temblar las piernas ni sudar frío:

1. Empieza desde pequeños
Hablar de sexualidad no es una sola conversación que tienes cuando tu hija cumple 15 o tu hijo entra a la prepa.
Es un proceso que empieza desde la infancia, con temas como:
- El nombre correcto de las partes del cuerpo
- La diferencia entre caricias seguras y abusos
- El respeto a los propios límites
- La importancia del consentimiento
Si desde pequeños aprenden que hablar del cuerpo no es tabú, más adelante hablar de relaciones, deseo o placer será mucho más natural.
Y si ya pasaron los años… ¿Es demasiado tarde?

¡Nunca es tarde para abrir la conversación! Puedes empezar así:
“Sé que no hablamos de esto antes y me hubiera gustado hacerlo. ¿Podemos platicarlo ahora?”
Recuerda que tus hijos no necesitan a una madre perfecta. Solo necesitan a una mujer humana, que los ama lo suficiente como para atreverse a hablar de lo incómodo.
Conclusión: hablar de sexo es un acto revolucionario de amor



Sí, hablar de sexo con tus hijos puede dar pena.
Pero también puede abrir caminos de confianza, libertad y prevención. Y cuando logras hacerlo con honestidad y amor, no solo estás educando sexualmente: estás sembrando autoestima, límites sanos, y relaciones futuras más respetuosas.
Así que no temas. Respira. Suelta la vergüenza heredada. Y empieza hoy.
Una pregunta, una charla, una historia. Lo que sea que abra la puerta. Porque cuando se habla con amor, el sexo deja de ser tabú y se convierte en herramienta de vida.